El cantante de boleros by Javier Tomeo

El cantante de boleros by Javier Tomeo

autor:Javier Tomeo [Javier Tomeo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: S2
ISBN: 9788433968791
editor: Anagrama
publicado: 2020-01-17T05:00:00+00:00


35

Es la segunda vez que me lo dice. Está claro que Rafael no le cae bien. Me pongo un poco serio y le contesto que en este mundo no podemos pasarnos la vida desconfiando los unos de los otros, aunque corramos el riesgo de que nos la metan doblada.

—Todos sabemos cómo es Rafael —insiste Cornelio, poniéndose también un poco más serio.

Está ya convencido de que es el mismo Rafael al que despidieron por manta en su taller y seguramente le guarda rencor por el asunto de los cuernos. Me quedo callado, esperando que me cuente más cosas, y como no suelta prenda pienso que lo único que quiere es meterme un poco de miedo en el cuerpo.

—A lo mejor te está poniendo a prueba —dice por fin—. Imagínate por un momento que te da esa guitarra con un kilo de chocolate dentro y te encarga que luego se lo pases a otro fulano. Llega la pasma, te quita la guitarra y descubre la mandanga. ¿Sabes quién sería el único responsable?

Le contesto que ha visto demasiadas películas de policías y ladrones y se encoge de hombros.

—Tú verás lo que haces —murmura.

Acaba de pelar las patatas, las pone en remojo y enciende otro cigarro.

Le digo que el tabaco acabará matándole y replica que de algo tenemos que palmarla. Eso es lo que dice todo el mundo, pero cuando les llega el momento se agarran a este mundo como lapas. Acaba de fumar, nos metemos en la cocina, le doy la sartén más grande que tengo en casa, pone dos dedos de aceite y cuando está caliente echa las patatas dentro.

De entrada, no me gusta cómo las ha cortado. Mi madre las dejaba como daditos y las suyas son más largas que anchas. Pone la sartén al fuego y mientras las patatas se están friendo poco a poco dice que hubiese tenido que comprar otra botella de tinto.

—Eres peor que Rogelio —le digo entonces—. Lo que tú quieres es emborracharme, cogerme a traición y darme por el culo.

Le hace gracia la ocurrencia, se ríe con ganas y en ese momento descubro que es una de esas personas que al reír enseñan las encías hasta arriba y que, además, se ríen con la letra i, que es como se ríen los chinos.



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